Dinero, Lengua, Respeto y ……..Ley

Harto de estar harto ya me cansé. Ni luchar ni ceder resolverá el problema de Cataluña. Se impone aceptar que ninguna solución maximalista funcionará pero tampoco una simple cesión en los principios saciará al contrario.

Para que una solución a largo plazo se abra camino es imprescindible visibilizar esa posible solución para que cada día más personas se desabonen de las respectivas estrategias de confrontación que, por más legítimas que sean, no acaban de resolver nada.

Convivir un par de días con mis tres nietas me ha recordado una evidencia. Los conflictos con aquellos a los que queremos y que nos quieren son una llamada angustiosa de atención más que un conflicto real en los mismos términos en los que se expresan. Es decir, no creo que mi nieta me odie aunque me lo grite.

En el título de este artículo he expresado los temas que deben formar parte en mi opinión de una futura solución del problema catalán. Y creo tener ideas sobre como deberían enfocarse las soluciones para que sean aceptables e incluso ilusionantes para la mayoría de ambos bandos (indepentistas y constitucionalistas). Trataré de exponer simplificadamente las posiciones de ambas partes y el principio de solución.

DINERO

Posición Indepentista: Cataluña cede solidaridad impuesta a regiones que no lo aprovechan

Posición Constitucionalista: La solidaridad es de los individuos no de las regiones. Los territorios no tienen derechos.

Critica: Las inversiones son territoriales y su priorización está sujeta a decisión política centralizada o a desperdicio irresponsable por los territorios destinatarios. La solidaridad debería estar solo destinada a dejar de ser necesaria. Dar la caña no los peces.

Solución: Que las comunidades donantes sean las administradoras de la solidaridad en proyectos propuestos por las comunidades receptoras. El estado central recuperaría cualquier importe no gastado.

LENGUA

Posición independentista: El abrumador dominio del castellano debe ser compensado por un apoyo explicito al aprendizaje (lengua vehicular) y al uso (rotulación y medios) del catalán.

Posición constitucionalista: No es admisible que se imponga obligatoriamente el catalán en la educación y en el uso.

Crítica: Los políticos sólo están interesados en pelearse por la oferta en lugar de hacerlo sobre la demanda. Tanto la comunidad autónoma como el estado deberían tener total libertad para ofertar enseñanza en cualquier lengua vehicular.

Solución: El estado (¿Senado?) definiría un currículum requerido para cada titulación nacional y cada administración exigiría en su ámbito de competencia las titulaciones regionales o nacionales convenientes. La libertad de los padres quedaría preservada y las prioridades de cada administración respetadas.

RESPETO

Posición independentista: Somos una nación y exigimos proyectarnos ante el mundo singularmente para lo que exigimos poder de decisión sobre todos los asuntos porque somos nosotros los que vivimos aquí, y los que tenemos esta lengua y estas costumbres.

Posición constitucionalista: Tanto el territorio como la lengua y las costumbres son propiedad de todos los ciudadanos de España y no se puede permitir trocear esa capacidad de decidir quitándosela al resto de los españoles. Tortosa es tan propiedad de un señor de Girona como de una señora de Salamanca.

Crítica: La imagen de España está excesivamente teñida por la lengua castellana y las costumbres andaluzas en detrimento de los símbolos y costumbres de otras «nacionalidades». Los ciudadanos de esas nacionalidades no se sienten identificados con esa imagen proyectada. Por otra parte los ciudadanos de las comunidades castellanohablantes no han sido educados verdaderamente en la diversidad e insisten en acentuar aquellos símbolos y costumbres que menos integran potenciando así el sentimiento de falta de respeto.

Solución: Más que españolizar Cataluña lo que hay que hacer sin dilación es catalanizar en cierta medida el resto de España aceptando que Cataluña es una parte importantísima de España y tenemos que hacer caso a su desesperada llamada de atención. Además hay que robarle a los símbolos su poder excluyente y darles un carácter incluyente. Hagamos que cualquier bandera de una autonomía pueda ser usada como sustitutivo de la bandera nacional, que cada himno nos represente a todos y que la monarquía asuma todo eso naturalmente.

LEY

El respeto a la ley debe ser algo no negociable. Hay que dejar que los tramites judiciales sigan su curso y que todos aprendamos a respetar el marco constitucional. Para ello trabajaremos en la dirección de incorporar todo lo anterior o lo que se acuerde en su lugar en un reconocimiento expreso a nivel constitucional.

Los políticos independentistas han cometido el error de buscar un atajo ilegal para luchar por aspiraciones a las que en buena parte pueden tener derecho. En vez de haber intentado concitar un consenso de las demás fuerzas nacionalistas y de izquierdas han pretendido violentar la ley y han perdido toda la razón.

Por su parte entre los constitucionalistas se confía demasiado en la fuerza de la ley y se evita realizar un esfuerzo serio de comprensión de los anhelos que llevan a la mitad de la población de Cataluña a aparentar que desean un camino separado.

Tal vez, una vez se haya ganado la batalla de los sentimientos, se pueda pensar en una generosa amnistía para los que hayan cometido delitos en el proceso. Si hemos llegado a amnistiar delitos fiscales y hemos encontrado soluciones individuales para terroristas, sabremos también encontrar soluciones para quienes solo pecaron de exaltación y cerrazón mental e incurrieron con ello en la peligrosa vía del delito. Hacerlo desde la política también es legal.

 

Articulo publicado en: http://www.economiahoy.mx/economiahoy/opinion/noticias/8726421/11/17/Dinero-Lengua-Respeto-y-Ley.html

Share